sábado, 22 de diciembre de 2012

Diez años sin Joe


"Nunca olvides que basta una idea o una persona para cambiar tu vida para siempre, ya sea para bien o para mal". Estas idílicas palabras fueron pronunciadas en 1976 por Joe Strummer, cantante y guitarrista del histórico conjunto británico The Clash, además de ser uno de los principales lazarillos del neófito movimiento punk, un género aún en pañales en aquella fecha.

Sin embargo, lo que cambió la vida de los amantes del punk y de Strummer, un 22 de diciembre de 2002, fue un paro cardiáco. Joe se marchó. Se apagó al medio siglo de vida. Dejó huerfana a toda una generación que dio con sus huesos en un decenio marcado por la Guerra Fría, el "No Future", los últimos coletazos del boom del movimiento mod y la prominente crisis en Medio Oriente que afectó al precio del petróleo y a la economía global.

Durante los años setenta del siglo pasado la clase obrera era el sector social más dilatado en el viejo continente. En la Pérfida Albion no era excepción. Las desfachateces del gobierno conservador de Edward Heath, que fracasó al tratar de situar la inflación por debajo de los dos dígitos, y su propósito de someter a obediencia al poder sindical trajo consigo supeditada la hostilidad social y política que dio rienda suelta al inconformismo como estilo de vida.



El emprendedor Malcolm McLaren, a base de mamoneos y triquiñuelas comerciales, logró encumbrar a unos descocados Sex Pistols. A pesar de tener la misma idea de tocar que un cuarteto de babuinos, los Pistols se convirtieron en la pieza de Tetris necesaria en una sociedad que estaba carente de referentes y expectativas de futuro. Algo parecido a lo que se puede vislumbrar hoy en la juventud española, aunque aquí ese espíritu innovador es imperceptible por la tradición de marras del "vuelva usted mañana" y "sí, mi señorito".

El esnobismo y la primitiva vulgaridad de Sid Vicius y Johnny Rotten quedó con el culo descubierto cuando The Clash empezaron a agregar profundidad y color al punk. Joe Strummer contaba con apenas 21 años. También le gustaban las drogas y las vaginas fáciles, - aunque eso no lo cura la edad - pero quería cruzar más allá de la sensata línea de la banalidad. No le convencía la idea de ser miembro de una banda de niños arrogantes que rompían todo a su paso y cantaban acerca de sus anodinas e insulsas experiencias cotidianas en su vecindario.

Joe llegó más alto. Y lo hizo sin la constante necesidad de fotografiarse junto a la bandera tricolor como 20 años después hiciera Brett Anderson. No trató de interpretar el papel del pequeño inglés, ni ser el modelo de lo que todos pueden y deben alcanzar. Simplemente fue Joe Strummer. Fueron sólamente diez años en los que Joe actuó con The Clash, pero la historia está rebosante de revoluciones concretas en menos tiempo. 

Hasta siempre Joe. Without you, there is no future today. Esta va por tí.



@MiguelSnchez8

No hay comentarios:

Publicar un comentario