El conjunto Rusos Blancos ha lanzado Hijo Único, mini-álbum compuesto por cinco canciones de indie pop farragoso y latoso hasta la saciedad. Desde enero del pasado año, fecha en la que presentaron al respetable su LP debut Sí a Todo (2011), los madrileños no publicaban material.
El EP parace haber sido cocinado en una pastelería. La tentativa de retratar la alarmante realidad a base de unas letras escasas de rebeldía y cargadas de conformismo no hacen más que empeorar la situación. El mejor ejemplo de esta pérdida de tiempo a ritmo de melodías strokianas adormecedoras es Europeos Biempensantes.
Si se proponían ser la banda sonora del refrescante anuncio de este verano de Fanta Zero lo han logrado, o al menos se quedarán a las puertas con canciones como Países del Este. Poco más se podía esperar de un grupo posmoderno que está destinado a ser el fetiche de unos pocos desfasados. Letras pésimas, ritmos apopléticos. En España sobran formaciones como Rusos Blancos, pero sobra más aún un público capaz de asistir a uno de sus recitales.
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